Dirección: Corin Hardy
Guión: Corin Hardy (screenplay), Felipe Marino(screenplay) (as Olga Barreneche)
Cásting: Joseph Mawle, Bojana Novakovic, Michael McElhatton
Duración: 97 mins.
País: UK.
Nota: 7/10
Es gentileza advertir que Hardy y yo coincidimos en algo hoy. Se trata de algo primo para ambos. Su caso tiene más mérito.
Se trata de mi primer largometraje en el Festival de Sitges. Después de muchos años deseando asistir, finalmente sentada en mi butaca, fue inspirador saber que el propio director del film que seguía estaba ahí mismo entre nosotros, esperando entrever las reacciones. Personalmente, creo que es algo a lo que no todo el mundo puede atreverse. Yo no podría.
Y se trata también de su primer largometraje en el Festival de Sitges. Este hombre de afable personalidad al que tuve oportunidad de acercarme fue emocionado a fotografiar a una niña que llevaba puesta la camiseta de su película. Escultor, ilustrador y cineasta al que reconocí más tarde como el responsable del videoclip de una de mis canciones más acérrimas (Somewhere only we know, de Keane) y socio en los proyectos audiovisuales de diversos grupos y cantantes británicos de la alta esfera, al parecer, ha pasado los últimos 10 años escribiendo y desarrollando el film que yo he tenido el placer de ver en la gran pantalla del auditorio.
The Hallow ( o The Woods) es la historia de una familia que se muda a una remota casa en uno de los grandes bosques del paisaje irlandés. Narra la historia de cómo está recién llegada familia luchará por sobrevivir cuando las criaturas del bosque rechacen su presencia en la zona. Con apenas tres personajes y un bebé, el aislamiento se hace palpable enseguida. Retomando así la parte suficiente del melodrama familiar con un protagonista masculino que deseará más que nada, pese a su escepticismo, rescatar a su familia de la terrible situación, Hardy presenta una reversión de diversos mitos inscritos en las leyendas de la mitología celta.
El guión también se aferra al concepto de la infección que invadirá al protagonista que aborda siempre la temática fantástica y es reforzado en su contenido poético por la fotografía y la planificación de las escenas del bosque. Tiene escenas apasionantes de acción, sobre todo en las persecuciones. No quiero entrar en la profundidad literaria del guión para no arruinar las posibles expectativas o ilusiones que uno pueda tener respecto a la obra que Hardy y su equipo presentaron. Sin embargo, disfruté de los elementos mágicos de la cultura celta incorporados a un atrasado mundo contemporáneo que ha sido aislado del nuevo mundo convencional que nosotros mismos habitamos. Verás el paso del enemigo en el jardín al enemigo entre las filas, el cambio y la desaparición del texto, siguiendo la nocturnidad y la promesa del amanecer.
Intrusos en ese espacio nocturno y con unos interesantes goblins cazadores, la película explota cuando el rapto del niño se hace real después de tantos y variados intentos. El director, a quien ya hemos visto rodar en exteriores, se siente en su salsa entre tanto árbol. La puesta en escena resulta muy interesante, que ayudan a la exposición de las figuras claves del guión.
En el peor de los casos, la película puede resultar larga pero jamás pasará indiferente. Hardy consigue un clima interesante y óptimo para su historia de las bestias confinadas al exilio, aquellos a los que le robaron la tierra, abordando el importante tema de la privatización de los bosques de la zona con la ayuda de la temática fantástica para recordarnos que no nos pertenecen. De nuevo, el sacrificio familiar siempre nos llevará a la salvación.
Los actores protagonistas, Mawle y Novakovic, sin embargo, parecen funcionar mejor por separado que juntos. Aun así, son capaces de navegar en todas las escenas con bastante facilidad, algo apreciable. Apoyados por el buen montaje y la música, sus gestos y presencia mejoran durante la mitad de la película para decaer un poco después.
En resumen, The Hallow otorga a Sitges una reversión del fantástico de terror que hacía tiempo que yo no veía en salas. En palabras del propio Hardy, fue inspirado por obras como Evil Dead o The Fly, algo que uno comprende al ver la cinta.
No me dejó indiferente. Fue intensa e intrigante, aunque para alguien que sepa un poco de esta mitología será algo obvia. Una película inscrita en su género, que no busca la grandilocuencia de otras sino la realización de una película abastecible y posible en el marco dado. Tengo en mente la idea de que mientras Hardy trabajaba en el proyecto tenía presente la idea de una historia universal que desarrollar esta vez en sus manos. En otras palabras: una película de género a la que recurrir en una acampada.
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